Valoración Geriátrica Integral: Un ejemplo práctico

La valoración geriátrica integral es un proceso multidimensional y multidisciplinario que tiene como objetivo evaluar de manera exhaustiva el estado de salud y bienestar de las personas mayores. Esta evaluación abarca no solo los aspectos médicos, sino también los psicológicos, sociales y funcionales, con el fin de identificar las necesidades y limitaciones de los adultos mayores y diseñar un plan de cuidados personalizado.

En este artículo, nos enfocaremos en brindar un ejemplo detallado de cómo se lleva a cabo una valoración geriátrica integral, destacando los principales componentes y etapas del proceso.

Índice
  1. El caso de Don Juan
    1. Evaluación médica
    2. Evaluación funcional
    3. Evaluación psicosocial

El caso de Don Juan

Don Juan, de 78 años de edad, acude a una clínica geriátrica para someterse a una valoración geriátrica integral. Don Juan vive solo desde hace varios años, después de la muerte de su esposa, y ha notado que su salud ha ido deteriorándose gradualmente. Ha experimentado pérdida de peso, dificultades para dormir y una disminución en su capacidad para realizar actividades cotidianas como cocinar y limpiar.

Evaluación médica

En la primera etapa de la valoración geriátrica integral, se realiza una evaluación médica completa de Don Juan. Un médico geriatra lleva a cabo una entrevista exhaustiva para recopilar información sobre su historial médico, medicamentos que toma y cualquier enfermedad crónica que padezca. También se realiza un examen físico detallado para evaluar su estado general de salud, incluyendo la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la audición y la visión.

Además, se solicitan pruebas de laboratorio, como análisis de sangre y orina, para evaluar los niveles de glucosa, colesterol, función renal y otros parámetros relevantes. Estas pruebas ayudan a identificar posibles problemas de salud subyacentes y a determinar si es necesario realizar más evaluaciones especializadas.

Evaluación funcional

La evaluación funcional es otro componente clave de la valoración geriátrica integral. En el caso de Don Juan, un terapeuta ocupacional realiza una evaluación de su capacidad para realizar actividades diarias, como vestirse, bañarse, cocinar y moverse por la casa. También se evalúa su movilidad y equilibrio, así como su capacidad para comunicarse y realizar tareas cognitivas básicas.

Esta evaluación ayuda a identificar las dificultades específicas que Don Juan enfrenta en su vida diaria y permite al terapeuta ocupacional recomendar adaptaciones o terapias que puedan mejorar su funcionalidad y calidad de vida.

Evaluación psicosocial

La valoración geriátrica integral también incluye una evaluación psicosocial, que tiene como objetivo evaluar el bienestar emocional y social de la persona mayor. En el caso de Don Juan, se realiza una entrevista con un trabajador social para obtener información sobre su situación emocional, su red de apoyo social y cualquier dificultad o estrés que esté experimentando.

Además, se pueden utilizar cuestionarios estandarizados para evaluar la presencia de síntomas de depresión, ansiedad u otros trastornos mentales. Esta evaluación ayuda a identificar posibles factores de riesgo psicosocial y a determinar si es necesario brindar apoyo psicológico o social adicional a Don Juan.

La valoración geriátrica integral es un proceso esencial para evaluar y comprender las necesidades y limitaciones de las personas mayores. A través de un enfoque multidimensional y multidisciplinario, se puede diseñar un plan de cuidados personalizado que aborde de manera integral los aspectos médicos, funcionales, psicológicos y sociales.

El caso de Don Juan ilustra cómo se lleva a cabo una valoración geriátrica integral en la práctica. A través de una evaluación médica completa, una evaluación funcional detallada y una evaluación psicosocial exhaustiva, se pudo identificar las necesidades específicas de Don Juan y diseñar un plan de cuidados adaptado a sus circunstancias.

En resumen, la valoración geriátrica integral es una herramienta fundamental para promover la salud y el bienestar de las personas mayores. Mediante la identificación temprana de problemas de salud, funcionales o psicosociales, se pueden brindar intervenciones adecuadas y mejorar la calidad de vida de los adultos mayores.

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